La figura del sacerdote católico, con sus luces y sus sombras, ha sido una constante en la literatura universal. Grahan Greene, Bernanos, Guareschi entre otros, la han novelado desde ángulos muy diversos, y siempre con gran aceptación del público por el misterioso atractivo que rodea a quienes están dispuestos a dejar todo por servir al prójimo. Pero hacía años, lustros, que las noticias sobre el sacerdocio estaban relegadas a las páginas de los diarios, las más veces para denunciar comportamientos que no se compaginan con su sagrado ministerio.
José Luis Olaizola, novelista de larga trayectoria, se asoma a este mundo de la mano de un joven coadjutor de una modesta parroquia de una gran ciudad que, en el pórtico del siglo XXI, debe desarrollar su pastoral con toda la problemática de droga y violencia sexual propia de los tiempos que corren. Olaizola consigue un friso de personajes y situaciones dramáticas, sin que por ello deje de campear a lo largo de las páginas de esta novela el humor característico del autor.