Pensar es más costoso que dejarse llevar por lo que otros han pensado. Por eso se multiplican las ideas admitidas sin más crítica y los tópicos. No todos los tópicos son una verdad muy manoseada; algunos son falsedades que se perpetúan como evidentes. Si se desea una primera guía para manejarse en la consabida selva de tópicos e ideas admitidas, este libro es una buena ayuda, salpicada además de sentido del humor. No hay mayor satisfacción que molestar a lo “políticamente correcto”.